DOS LÓGICAS EN UNA MISMA REFORMA
Miguel Ventura Rivera
Supervisor Escolar Colima.
A menos de 60 días de asumido el
cargo, el Presidente de la República, ha desplegado un inusitado revuelo con el
tema de la Reforma Educativa, hasta hoy ha logrado que se pongan de acuerdo los
tres principales partidos políticos, las cámaras de senadores, diputados y los
congresos de los estados en reformar los artículos 3º. y 73º, así como otras
disposiciones transitorias que obligan a la modificación de las Ley General de
Educación. Si bien este proceso ha sido intenso y ha producido varios debates
sobre el mismo a la vez suscita una serie de movilizaciones sociales por
considerarse que lesionan los derechos laborales de los docentes y la
aspiración a una escuela pública laica, gratuita y obligatoria.
Es curioso que el debate haya ido
pasando de la llamada a derrotar a la líder Elba Esther Gordillo a la defensa
de la necesidad de la reforma educativa. Quienes tenemos ya más de 20 años en
el servicio docente podemos atestiguar que pactos, alianzas, acuerdo y demás
procesos para Reformar la Educación han ido y venido por varios caminos y que
los docentes en sus escuelas han siempre estado a expensas de dichos procesos.
Cabe señalar que este proceso de Reforma inicia como los demás, como la promesa
de un futuro mejor, de que ahora si tendremos la educación que se requiere y
que todo lo pasado fue peor y mal sano, y eso en un hecho social es algo que distorsiona
y corrompe la intención, fundamentación y sentido de la propuesta, pues los
hechos sociales como el educativo son ante todo hechos históricos y en devenir.
Hoy se intenta reformar sin revisar lo sucedido, el nuevo Secretario de
Educación se ha dado gusto en declarar la guerra a todo lo pasado, entendiendo
que por llevar la firma de Elba Esther estuvo viciado completamente.
Tres temas destacan en el proceso
desde mi punto de vista:
a) El de incluir la permanencia
como parte de la evaluación de los docentes “la ley reglamentaria fijará los criterios, los términos y condiciones
de la evaluación obligatoria para el ingreso, la promoción, el reconocimiento y
la permanencia en el servicio profesional con pleno respeto a los derechos constitucionales
de los trabajadores de la educación”.
b) El de la denominada autonomía de
gestión consagrada en el 5º transitorio, fracción III inciso a) Fortalecer la autonomía de gestión de las
escuelas ante los órganos de gobierno que correspondan……. Y por último.
c) El “Sistema Nacional de Evaluación Educativa. La coordinación de dicho
sistema estará a cargo del Instituto Nacional para la Evaluación de la
Educación: el cual deberá de expedir
los lineamientos a los que se sujetarán
las autoridades educativas federales y locales para llevar a cabo las funciones
de evaluación que les correspondan.”
Todo ello acompañado y empañado por
las declaraciones del Secretario, demás funcionarios, noticieros y prensa sobre la necesidad de
retomar la autoridad en la educación, definir quién manda y otras menciones,
todas tendientes a que se destituya al docente que no sea capaz.
Sobre estos puntos es de observarse
dos lógicas diferentes:
a) El que la
permanencia sea considerado como un elemento que se decide mediante una
evaluación está situado como un proceso en que el Estado “retoma” su función
rectora y puede decidir si un docente ya no reúne las características idóneas
para continuar en su función y por tanto despedirle (eso sí, conforme a sus
derechos constitucionales). En esa lógica el Estado exige que los docentes
reúnan esas características idóneas y se coloca en la lógica estatista
patronal. El gobierno
que puede despedir a sus trabajadores casi con la mano en la cintura. Eso si
mediado por un Sistema Nacional de Evaluación Educativa que será regido por un
Instituto Autónomo que dictará políticas.
b) Con
relación a la autonomía de gestión ahí el estado se retira y delega su función
que el propio artículo 73 le obliga de establecer, organizar y sostener
escuelas rurales y elementales, en toda la república, ahora será
responsabilidad de los directores y se supondría sus colectivos escolares el
sostenimiento de las escuelas. Aquí el Estado no asume su responsabilidad.
Por un lado se abrogan todo el
derecho de autoridad pero por otro lado delegan su obligación de sostener los
centros educativos, creo que esto es síntoma de un apresurado proceso
legislativo, y más aún de una inconsistencia ideológica de la Reforma
Educativa. Dos lógicas la de un Estado cargado
de atributos y la de un Estado que delega sus funciones.
Este doble discurso se observa
también en el llamado Sistema Nacional de Evaluación Educativa y el Instituto
que le regirá. Queda claro en el punto citado líneas arriba que las Secretarías
Federal y locales continuarán desarrollando funciones evaluativas y que éstas
en todo caso estarán normadas por el INEE, ¿Qué sucederá si la SEP o las autoridades
educativas locales no realizan esas funciones como el INEE indica?, ¿Podrá el
INEE imponer sanciones a la SEP?, ¿La SEP y las autoridades locales se
sujetarán a ellas?
Estas son algunas inconsistencias
de la reforma realizada a nuestra Carta Magna, ante la cual nadie puede
ampararse, es señal de los tiempos, una reforma acordada entre partidos
políticos que debatieron en el proceso electoral hace menos de un año y
cuidaron no discutir sobre esos temas y de la noche a la mañana legislan al
vapor y sin reflexión sobre un asunto bastante complicado. Lógicas diferentes faltas
de claridad y muchas preguntas al aire que solo han traído desasosiego entre
los docentes. La reforma avanza sin un cambio profundo, y sin una decisión real
de ofrecer una educación de calidad para los niños y niñas mexicanos.